CASTI CONNUBII

En la encíclica Ubi arcano (23-XII-1922), Pío XI había ya enseñado que «la sociedad es un reflejo de la familia» y que el laicismo había penetrado «hasta las mismas raíces de la sociedad, es decir, hasta el santuario de la Familia». En Casti connubii el papa declara que, «como enseña la historia, la salud del Estado y la prosperidad de la sociedad», no están seguras donde no lo está su fundamento, es decir, el recto orden moral del matrimonio y la familia. La familia tiene un lugar irreemplazable en la recristianización de la sociedad. La finalidad de la Casti connubii es «presentar a los hombres de hoy la verdadera doctrina sobre el matrimonio» ante las enseñanzas contrarias. En concreto, la encíclica se propone hablar «sobre la naturaleza del matrimonio cristiano, de su dignidad, de las ventajas y beneficios que de él dimanan para la familia y para la sociedad humana, sobre los errores contrarios a este importantísimo capítulo de la doctrina evangélica, de los vicios opuestos a esa vida conyugal y, finalmente, sobre los principales remedios que deben aplicarse» (n.4). De ahí las tres partes de la encíclica.
El contexto histórico estuvo marcado por dos sucesos: el matrimonio de la princesa de Saboya con el rey de Bulgaria, celebrado de manera irregular; y la conferencia de Lambeth (1930), en la que los prelados anglicanos declararon lícito el uso de medios anticonceptivos.

I. Introducción
II. Naturaleza del matrimonio
III. Los bienes del matrimonio
IV. Desconocimiento del matrimonio
V. Restauración del auténtico matrimonio
VI. Conclusión

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